Te extraño como el otoño a la primavera, pero el otoño sólo se acerca a la primavera cuando él se extingue. Qué jugada tan más aberrante, qué situación tan más desdichada, qué destino tan cíclico.
PD. Ya debería acostumbrarme a ser la persona equivocada y merecer a una persona que no existe, salvo en la mente de quien me rechaza. El destino será otro.
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