martes, 24 de diciembre de 2013

Julio Cortázar

***
No te voy a cansar con más poemas.
Digamos que te dije
nubes, tijeras, barriletes, lápices,
y acaso alguna vez
te sonreíste

***

PD: Para Joaquín. En silencio y en secreto...

lunes, 10 de junio de 2013

Junio 10, mes 06



“Aceptamos el amor que creemos merecer”
Las ventajas de ser invisible

“Estás en un punto donde no te puedes ayudar a ti mismo”; “a veces confundimos por amor con aquel vacío que tenemos con alguna necesidad que no ha sido cubierta”; “no te confundas, ella no te quiere: así diga lo que diga, sus acciones muestra otra cosa, pero no lo que tú quieres”; “ya no sé qué decirte, pero aún te puedo ayudar… (y me recomienda a su terapeuta)”; “los de tu profesión no van a terapia muy seguido, ¿verdad?”; “probablemente te ama, pero si ambos sufren por esto no será mucho el amor”; “si ella te necesita, pero te esconde, deja de preocuparte por ella, que arregle sus asuntos con quienes sí quiere estar: no te hundas tú. Me has ayudado mucho, no puedo creer que estés así”. Y siguen los argumentos ¿Qué hacer? No me alcanza nada para comprender qué me sucede, por qué he dejado que esto ocurra, qué necesidad tengo de necesitarla. Ella es un encanto, a pesar de todo.

Y sin embargo…
Fui a buscarla, me arriesgué a hacerlo, tuve el atrevimiento de presentarme en su casa. Lo hice habiendo eliminado el deseo de verla frente a frente, para no romperme el corazón si no me recibía. Ella no estaba en su casa. Más tarde me buscó, no fueron más de 15 minutos en aquella banca a fuera de la iglesia. Mi vida ilusionada, mi sonrisa por ella. La alegría floreció en mí cuando escuché su voz, cuando la miré llegar. Fue tan dulce el momento, aunque ella se veía con el semblante triste: y tuvo la fuerza de regalarme una foto con ella. Olía tan fresca, se veía tan bien: sentir su cabeza en mi hombro, imaginar sentir sus latidos cerca de mi pecho. Fue mágico. El paraíso en la Tierra.

PD: Con la paz en las montañas…



Quino
Derechos Reservados © 2013; Ley Federal del Derecho de Autor: véanse en especial artículos 3°, 4°, 5°, 11, 12, 13 y 17 de la misma ley. Estados Unidos Mexicanos.


jueves, 23 de mayo de 2013

Así escribí el último párrafo de hoy en mi diario



Hoy envidio a quienes pueden felicitarla, abrazarla, estrechar su mano, besar su mejilla, llenarse de sus lágrimas (y secarlas), adornarse con su sonrisa. Envidio el aire que rosa sus labios, envidio el extraño que ignora su presencia, al perro que la mira andar por la calle con esa aura de belleza que nadie más puede ver, más que yo. 

Qué bruto soy. 

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viernes, 10 de mayo de 2013

Mayo 10, mes 07




Es allí, es allí
donde anhelo ir contigo
a vivir junto a ti.
Johann Wolfgang von Goethe

Este mes ha sido muy duro en esa extraña relación que tengo con ella. No comprendo, y no quiero aceptar, las veces que trata de disuadir lo que siento por ella. He pensado en retirarme, le he dejado de hablar y de buscar incluso he evitado que me encuentre. No sé por qué le pesa mi ausencia. Siempre me la imagino contenta, porque no puedo saber más allá y por eso la imagino contenta y en paz con su pareja. Sin embargo, por lo general está triste, he pensado que también sufro sus desventuras, que debería hacer a un lado mis sentimientos y llevármela bien con ella. De algún modo sé que por más buena que sea mi suerte no estaré con ella. Me resisto, pero es lo más probable. Como sea, tengo una inocente idea de que puedo tener una esperanza, aunque en estos días dijo que la abandonara, es tan inocente como la forma en que creo que puede fijarse en mí. Nunca ha funcionado, no sé para qué sigo. Ella es la mujer más completa que he conocido: intelectual y decidida.

Quino

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miércoles, 10 de abril de 2013

Abril 10, mes 08




Espero curarme de ti en unos días.
Debo dejar de fumarte,
de beberte, de pensarte.
Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad
Jaime Sabines


Me acordé y es para vos, Dolores. Lo hizo otro, para otra, pero también yo lo hice y es para vos. Lo hizo otro, porque yo no sé decir las cosas que siento, pero reconozco cuando alguno es capaz de decirlas por mí. Y es también un modo de decirlas.
A lo mejor, Vargas ya no se acuerda de esto que escribió. Yo me acuerdo, y es un modo de hacerlo mío. Porque eres mía, porque no eres mía. Nadie podría decirlo mejor ¿Verdad? Corazón Coraza. Es para vos, Dolores. Ya no sé quién lo hizo. ¿Acaso Vargas fue un robot que pensó por mí? Acaso yo soy Vargas, o Vargas soy yo.
Lo único seguro es que estás existiendo, Dolores, en algún rincón de este día, en algún lugar del mundo, sola o con alguien, pero sin mí. Lo único seguro es que sos mejor que todas tus imágenes, que todas las imágenes que yo tengo de vos. ¿Quise esperar este instante a solas, sin prisa exterior y sin testigos, para decirme con todas las letras, que estoy enamorado? Quizá sólo semi-enamorado. Porque ella dice que no, que no me quiere. Y para estar total, completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena consciencia de que uno también es querido, que uno también inspira amor (...).

Fragmento de “Gracias por el fuego” de Mario Benedetti

PD: No te ignoro, corazón, estoy esperando curarme de ti.
Quino

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miércoles, 3 de abril de 2013

domingo, 10 de marzo de 2013

Marzo 10, mes 09



Henos aquí hace un siglo, sentados,
meditando encarnizadamente
como dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.
Rosario Castellanos

Una vez más. Traté de sacarla de mi vida, pero no puedo. Acepté por un momento reiniciar nuestra amistad, sin embargo, ella no olvida y yo no dejo de abrigarla con el sentimiento de amor. No sé por qué sigo intentando, si por otro lado me siento derrotado por ella misma. Me gusta escuchar lo que me dice, es tan simpática y divertida. Desde que la conozco, siempre que me acuerdo de ella tengo sólo una sonrisa como respuesta. ¿Qué pensara ella de mí?
Quino

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viernes, 8 de marzo de 2013

¿Por qué no me preguntó a qué me dedicaba?


23 de enero 2013, miércoles


Hace varias semanas, salí a correr por la noche y cuando regresaba a la casa miré varias baterías regadas por el piso. Detuve mi paso, las tomé una a una. Delante de mí, se acercaba una persona que por fijarme en las baterías en el suelo sólo había notado que venía en mi dirección. Tenía las cuatro baterías en la mano cuando fui levantando la mirada. La chica que venía hacía mí se había detenido y noté su sonrisa. 

Entonces el recuero. Ambos coincidimos en la escuela primaria, pero en clases distintas. Me acuerdo mucho de ella porque me fascinaba mirarla; era (y sigue siendo) una mujer que destellaba ternura. Conforme fuimos madurando me di cuenta que se hizo una mujer bastante atractiva. Ella siempre llegaba temprano, pero a diferencia de mí, se iba directo a su salón de clases, yo me quedaban en las gradas del patio cívico y de frente al asta bandera de la primaria Sor Juana Inés.

En quinto de primaria crucé mis primeras palabras con ella, en efecto, era bastante dulce al hablar. Practicábamos un baile, pero no recuerdo para qué festival. Ella estaba a dos parejas de mí. En un descanso, sentados en el piso, hubo algo chistoso y se dirigió conmigo para comentarlo. Me sorprendió que me hablara si nunca lo habíamos hecho. Fue bastante simpática. No volvimos a cruzar palabra alguna, sino hasta la secundaria.

Entré a la secundaria Ricardo Flores Magón, ella quedó en mi grupo. Era la quinta de la lista y yo el 49. Como siempre he sido, pocas veces le hablé por timidez. Cuando me dirigía a ella lo hacía como si fuera una mujer adulta, lo hacía de forma seria. Ella fue la primera mujer a la que le dije que me parecía muy linda. Recuerdo en un receso que me acerqué a ella y le dije: “Con todo respeto, eres muy linda”. Me vio a los ojos y lanzó una sonrisa con todos sus dientes al tiempo que decía, gracias.

Como esa sonrisa que me miraba al levantarme del piso donde recogía las baterías aquella noche que salí a correr. Era verdad que estaba allí, casi a media noche, mirando cómo recogía las baterías del suelo y frente al mismo edificio de la secundaria donde le dije que era muy linda. Fue inconfundible su sonrisa y sus delicadas piezas de mujer que destellaban ternura, como todas las mañanas en que la seguía con la mirada hasta su salón al pasar por el patio cívico de la primaria, yo; sentado en las gradas de frente al asta bandera. 

Me sentí apenado por un momento. No muchas personas recogen baterías del suelo para evitar la contaminación por metales pesados. Ella, con su sonrisa desplegada, la recibí con un “hola, buenas noches”. Platicamos un momento recordando las amistades de aquella época. Resulta que ella se casó con chico que era mi compañero de la primaria y tienen un varón como hijo. El azar es tan caprichoso. Honestamente, nunca me enamoré de ella. Eso creo. Nunca sentí sentimientos hacía ella, salvo la atracción de esa ternura que siempre la acompaña, como una sombra alegre sobre sí misma. 

Mientras hablábamos, pasaba cada batería por mis dedos, estaba algo nervioso por el encuentro. Puedo decir que no soy tan común, si no me preocupara cada batería que está en el suelo de la Tierra, me hubiera seguido de largo y no hubiese tenido ese encuentro ni ese momento bochornoso. Supongo que a ella no le dio importancia. No debería haberme sentido así, pero seguro se fue pensando que me dedicaba a recoger cosas del suelo.  En fin, me gusta encontrarme viejas amistades, porque me gusta disfrutar de un sentimiento añejo que sólo se recobra cuando precede del: “te acuerdas cuando…”. 

Quino
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domingo, 10 de febrero de 2013

Febrero 10, mes 10




Corazón obscuro,
corazón con muros,
corazón que se esconde,
corazón que está dónde,
corazón en fuga,
herido de dudas
de amor…
Silvio Rodríguez

Una idea feliz; terminé mi posgrado, una idea triste, la mujer que estoy enamorado no me invitó a su defensa de tesis. Eso me hizo pensar que no me quiere en su vida. Debo tomar mis decisiones y sostenerlas, si no me quiere en su vida; no vale la pena insistir en ella. Aunque, este día me invitó a una comida. Asistí. Fue muy lindo, y ella se veía todavía más linda. Entre nosotros dos había una distancia de varios poemas que le dije en silencio.
No sé qué escribir más. Nunca olvidaré este día con ella y con su familia. 


Quino

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jueves, 17 de enero de 2013

Romance de los vanos encuentros

No preguntes quién pone en este canto un alma destinada al sufrimiento y un pobre corazón que te ama tanto.

I Bronces de las ocho y media nos llaman cada mañana -entre tu casa y mi casa-de dos cornisas y un breve saludos de camaradas.

¡Estás tan bella, vestida de crujiente espuma blanca baje ese sol de las ocho que te ciñe y que te alaba!

Sus amarillas saetas bordan en tu pelo el aura que me recuerda las leves imágenes de las santas.

(Pienso que rezarte a ti tal vez me salvará el alma…)

II Las campanas matinales ponen música en la senda por donde a tu escuela vas, por donde voy a mi escuela.

Tontamente, tontamente me vuelve la vieja idea cada vez que nos cruzamos en nuestras rutas opuestas: pienso en el ayer que ataba con una risa dos sendas, cuando jamás nos cruzábamos tú y yo en camino a la escuela.

Con una misma campana, con una misma existencia, y por una misma calle con sol de las ocho y media… Para nosotros, entonces, había una sola escuela.

III La señorita maestra pasa vestida de blanco ; en su oscuro pelo duerme la noche aún, perfumado, y en lo hondo de sus pupilas yacen dormidos los astros.

Buenos días señorita del caminar apurado; cuando su voz me sonríe olvido todos los pájaros, cuando sus ojos me cantan se torna el día más claro, y subo la escalinata un poco como volando, y a veces digo lecciones.

Julio Cortázar

viernes, 11 de enero de 2013

Adiós, bella Dulcinea


Mi Dulcinea, mi realidad, mi fantasía, mi locura, mi razón, mi bella Dulcinea.

Adiós.




Quino

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jueves, 10 de enero de 2013

Enero 10, mes 11




I have dreamed thee too long,
never seen thee or touched thee.
But known thee with all of my heart.
Half a prayer, half a song,
thou hast always been with me,
though we have been always apart.
Dulcinea... Dulcinea...

Joe Darion

Ella mencionó que estoy desenamorando de ella. Ojalá fuera cierto, que este sentimiento es tan falso como la ilusión de cualquier persona que se encuentra enamorada. Una vez vi en la tv a un joven que seguía enamorado de una chica que había dejado de ver años atrás, de la trama de esta historia escribí en mi diario que él estaba enamorado de una idea pasada y no de la chica con la cual se reencontró. El sentimiento de amor es algo presente, pero dinámico, en movimiento constante, la relación puede avanzar de forma positiva o de forma negativa.
En mi caso, creo que es de forma positiva, debido a que entre más la conozco, más se incrementa mi sentimiento hacia ella, pero si esto es verdad, ¿por qué me hace daño? Mi problema es las veces que ella levanta sus muros y no sólo sus muros, sino que alista sus defensas para proteger la idea de la que sigue enamorada. No puedo juzgarla por eso, así como yo defiendo mi sentimiento, es natural que ella lo haga con el suyo. Me pidió, desde hace tiempo, que dejara fluir las cosas (con todo lo que eso pueda significar), sin embargo, me parece que ella no deja fluir las cosas, las más de las veces ella se escuda en las formas y modos en que su relación con él la hace feliz, y no dudo que así lo sea. El problema es que me hace recordar la situación tan desdichada en la que me encuentro, de esa situación en la cual nadie quiere ser o intentar ser feliz conmigo, aunque me diga que yo la hago sentir bien.
La última vez que me comuniqué con ella, me dolió tanto que averié la computadora desde donde le escribía. La azoté con el escritorio e interrumpí la conexión eléctrica de forma intempestiva, eso provocó freírle el BIOS y causar daños en el disco duro, creí que la Toshiba era muy resistente. Así, de esa manera tan estúpida de evitar un mayor dolor sentimental, destruí mis archivos no respaldados de los últimos meses: mis fotografías, mi música, libros electrónicos, entre otros archivos. Sin contar el mayor de los daños colaterales, el desdén hacía conmigo mismo.

¿Qué más necesito para desenamorarme de mí mismo?


Quino

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