"Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes"
5 años, 27 días y un par de horas después que aparecimos en nuestras
vidas me dijiste: sí. Que sí, que mis días tendrían tus noches, tu cielo mis
estrellas y, de hoy en adelante, me dejarías cocinarte los domingos aunque tú
prefieres salir. Interminable verano de amor nos prometimos, hasta el invierno
de nuestro tiempo.
Siempre juntos como libros separados en orden decimal, pero por fin
juntos después de todo, a pesar de todos. Tomé tu mano de seda, me junté con
tus dedos largos, acaricié tu cabello de jazmines y besé tus labios cereza. Ungimos
el día con los oleos del amor, me pediste cumplir mis promesas: ir al cine los
miércoles, comprar libros al final de la semana, leerlos en interrumpidos
lapsos para observar nuestra gloria de amor. Nuestras citas en el templo de la
Misericordia, paletas de Chocomilk en la calle Esparza. Vacaciones en Pátzcuaro
y ponencias en el extranjero.
Nuestra vida resuelta entre el diván y las flores visitadas por las
mariposas amarillas, los rayos de luz sobre nuestra mesita de noche. Todo
quizás en una vida paralela.