Te amaré
Lento desde hace siglos,
remoto -nada hay detrás-,
lejano, lejos, desconocido.
No fue nada
fácil, nada fácil decirte buenas noches y que te quería la noche anterior a ese
día. Había pasado la semana completa en busca de un equilibro entre mi amor que
resiste y tú. Pensé que tiempo atrás lo había resuelto. Que sería tu amigo, que
tendría la mente fría para alojar en mi interior lo que en verdad me llama a
ti. Que bien podría recordarte de vez en cuando lo mucho que me gustas y que no
es la amistad lo que me mueve contigo. Que si te busco es porque quiero que
seas mi pareja (así: quiero que seas).
Soy esa paloma
que se equivocaba. Pero, cómo lo has relatado, no es que me equivocara sobre lo
que siento por ti, sino en no aprovechar para mí esas oportunidades, por más encriptados,
para pedirte que te quedarás conmigo. No sé cómo resuelves que no serías feliz
conmigo como pareja. Yo no puedo adivinarlo ni por revelación. Sólo que me
esforzaría por hacerte la mujer más feliz, no del mundo, pero sí para tu vida.
Cuando estuve
frente a ti, en esa calle, y notando que no me buscabas con la mirada, había pensado
en ir a tu lado a ver si, por alguna extraña razón, me pedías que no me fuera
de tu vida. En medio de esa calle, con todos esos automóviles, hacer eso era lo
que justamente me habías pedido: que me cuidara. Correr tras de ti para que no
te fueras de mi lado, lo había hecho tantas veces y así me sentí muchas veces
al despedirnos.
Todos los días he
pensado en ti: 5 años, 27 días y un par de horas desde que te conocí e hiciste
de mi vida el futuro que quise para mí. Todos los días esperé saber de ti,
porque estoy infinitamente loco por ti. Cada día esperé que estuvieras bien,
porque eso me hace feliz, aunque son contados los días que pasé contigo. Y nunca
pude besarte y así me tocará vivir. Vivir sin ti y cuidándote aunque sea
pensando que estás bien.
Me equivoqué en
no irme contigo cuando estabas lista. Todavía hoy siento que me equivoco con
esta decisión. También me quedo con las ganas de hacer muchas cosas a tu lado y
contigo. Espero que seas digna del amor que trato de romper.
Te amaré.
“Los besos que
perdí, por no saber decir: te necesito”
Pd: Quédate
conmigo.